En el Mes de las Mujeres ANEP homenajea a María Espínola
La Administración Nacional de la Educación Pública considera importante reconocer y resaltar el accionar de hombres y mujeres que con compromiso y dedicación implementaron propuestas adelantadas para su época partiendo de la concepción de la educación como un derecho para todos, homenajeándoles a partir de la identificación de los proyectos que se lleven adelante con los nombres de estos docentes o destacados profesionales de la vida nacional.
A principios del siglo XX, una mujer del interior del país se destacó por concretar acciones en el ámbito educativo. La docente María Espínola (1878-1963) maestra y directora rural, profesora de Educación Media y fundadora de la primera escuela técnica en el interior del país. Fue la primera mujer en ocupar el cargo de inspectora departamental de Educación Primaria e integrar el Consejo de dicho nivel educativo.
Nació en San Isidro de las Piedras (Canelones) el 4 de diciembre de 1878, hija de padres provenientes de las Islas Canarias. A los 4 años de edad junto a su familia, se trasladó a San José de Mayo donde desarrolló una importante tarea vinculada con la educación nacional.
Comenzó en la docencia a los dieciséis años, en 1901 fue maestra rural en la Escuela Nº 1 de San José; en 1911 el gobierno la envió becada a Estados Unidos y Europa, para que se interiorizara de la enseñanza existente donde recogió saberes modernos y destacados para la época. En 1914 comenzó a trabajar como profesora en el Liceo departamental que lleva el nombre de su padre. Entre los años 1916 y 1921 fue Inspectora Departamental de Educación Primaria de San José. En 1917 participó en el Congreso de la Federación Rural del Uruguay, tratando la formulación del Programa de Escuelas Rurales y trabajó arduamente por concretar la primera escuela técnica en el interior del país, lográndolo en 1920 en la ciudad de San José de Mayo, la que desde 1953 lleva su nombre. En 1921 se la designó vocal del Consejo de Enseñanza Primaria y Normal, siendo la primera mujer en asumir la conducción central de ese nivel educativo.
María Espínola en 1922 escribió el libro La escuela y el progreso, en el que abordó temas como el papel social de la escuela en el medio rural, la repetición, el rezago, la dignificación profesional del maestro rural e, incluso, el carácter universitario de la carrera docente, cuestión que nos ocupa en el presente y respectode lo cual debemos avanzar.
La figura de María Espínola simboliza al docente dedicado y profesional, visionario y profundo. Al mismo tiempo, se trata de una educadora que no conoce límites entre escuelas, liceos o escuelas técnicas: en todos desarrolla su labor formadora. Su figura trasmite, de esta manera, que no hay fronteras institucionales entre los subsistemas, sino que el hilo conductor de la educación es la trayectoria del estudiante y la permanente búsqueda de mejores respuestas para su formación y desarrollo.
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